Thursday, April 12, 2012

La avaricia por Claudio Pizarro

En la actualidad, especialmente mundo de las finanzas, las palabras codicia o avaricia, Son internalizadas de una manera distinta, ya no tienen ese sentido negativo absoluto, que en la memoria colectiva de las sociedades solía tener, y mucho menos en el registro bíblico.

Tanto en hebreo como en griego los términos avaricia y codicia son usados en forma intercambiable, traslapable. Y se traducen generalmente como:

Deseo por las posesiones de otros, deseo de ganancias deshonestas, amor por las riquezas (y su consecuente acumulación).

En ambos idiomas, en ambos testamentos son también fuertemente condenadas.

El propio Señor fustigó fuertemente en la parábola del mayordomo infiel, a los fariseos, siempre dados a promover sus propios intereses y bienestar, y fue categórico al afirmar que no se puede servir a Dios y a las riquezas.

La cuestión es…¿por qué la avaricia es tan condenada en el ser humano?

1. En primer lugar porque la avaricia separa al hombre de su creador.

A. Lo separa porque Según Col. 3:5 es idolatría

- Es idolatría por que es el culto a sí mismo, es el culto a la acumulación

que satisfaga los propios deseos, los propios impulsos. Es una sustitución

idolátrica donde el Dios de la revelación es reemplazado por el becerro del oro del

poder, del monopolio, del acopio sin límites.

- La avaricia es idolatría que trastoca el propósito fundamental del hombre. El ser humano, hecho para adorar a Dios, pero dominado por el deseo descontrolado de poseer más, termina adorando la utilidad, arrodillado ante el dios de la ganancia, de la rentabilidad. En vez de cumplir con su rol de siervo de Dios, se transforma en esclavo de la búsqueda desenfrenada de opulencia sin límites.

B. La avaricia separa además al hombre de su creador porque induce un falso fundamento de vida.

- Esto es lo que Jesús señala en Lc. 12:19, donde pinta el cuadro de un hombre adinerado, que no contento con lo suficiente, construye y construye bodegas para acumular más y más bienes, y termina proclamando el propósito de su vida como un comer, beber, y divertirse. Para Jesús esta falsa seguridad, es en realidad una verdadera estupidez, en razón de que nadie puede asegurar su permanencia en esta vida el día de mañana. Y una estupidez además, por que el fin del hombre no es vivir para la gratificación de sus sentidos, sino para conocer y reconocer a su creador, por que esto es lo único que gratifica el espíritu del hombre

C. La avaricia separa finalmente al hombre del destino que el creador le ha asignado

- Esta conducta es mencionada en el catalogo de vicios de Ef. 5:5 que excluyen definitivamente al hombre, del reino de Dios. La pasión por las riquezas alienan al ser humano del plan redentor y escatológico de Dios

D. ¿Cómo debiera instalarse la iglesia frente a esta realidad?

- La iglesia debiera responder proclamando en primer lugar El principio de la absoluta soberanía de Dios, y esa soberanía dice relación también con el derecho de propiedad de Dios sobre todo lo creado.

- La verdad es que Dios es el dueño del mundo, y es dueño: primero por derecho de creación y segundo por derecho de redención.

- Si bien Dios en el AT le entrega la tierra de Canaán y por ende todos sus frutos al pueblo escogido, esto nunca significó que haya cedido sus derechos de propiedad. Esta idea queda clara al consignar las leyes del año del jubileo, donde se obliga a quienes hubiesen adquirido tierras en ciertas circunstancias a devolverlas a sus antiguos propietarios. (Lv. 25:23)

- ¿Por qué hace esto Dios? Por un lado le recuerda al hombre que la tierra y todos los bienes que ella produce son en definitiva de él, y por otro lado establece Dios un recurso de equilibrio económico; ningún grupo en particular podría enriquecerse al infinito, para que a su vez ningún otro grupo debiera vivir esclavo de una infinita miseria.

- En segundo término la iglesia debiera responder con el principio de la mayordomía

- Los hombres han recibido de parte de Dios los dones de la creación para su subsistencia, lo que al hombre corresponde es administrar estos recursos, solo somos oikónomos, administradores, nunca dueños.

- Todo se trastocó cuando este simple administrador se auto-declaró dueño y tomo los dones… y desconoció al donante.

- En tercer lugar la iglesia debiera responder con el principio del peregrinaje del creyente.

- Aquellos que van de viaje hacia una realidad distinta, escondida en los planes de Dios, deben aprender a viajar livianos, deben viajar ligeros.

2. En segundo lugar la avaricia es condenada por que separa al hombre de su prójimo

A. La acumulación de unos, es la miseria perpetua de otros

- Las estadísticas dicen que en chile un exclusivo 10% de la población dispone del 50% del producto interno bruto, el otro 50% del producto interno bruto debe suplir las necesidades del 90%. A eso nos referimos con miseria perpetua

- La avaricia vuelve al hombre un depredador del hombre, se depredan sus sueños, sus energías, sus talentos y todo es devorado en beneficio del dios del crédito y los intereses.

B. La avaricia esta en el génesis de la explotación del prójimo

- En siglos anteriores, y por desgracia aún presente en el planeta…la esclavitud, sumado a eso, las prácticas empresariales perversas, que roban al ser humano su alta dignidad de haber sido creados a imagen y semejanza de la divinidad, y lo transforman en un animal de producción al servicio de la economía y el consumo.

C. La avaricia termina destruyendo toda sensibilidad frente al dolor de los otros, frente a la carencia de los otros, frente a la angustia de los otros.

D. Cómo debiera responder la iglesia

- Frente a esta avaricia depredadora e insensible, el evangelio debe responder con el principio de la cooperación.

- La palabra clave de la economía de libre mercado es competencia, la palabra clave en la economía del reino es solidaridad, “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me cubriste…

- El corazón del evangelio no es acumular, es dar. Y en este dar Jesucristo fue violento, no dijo el que tenga 10 capas, el dijo el que tenga dos capas, dé una al que no tiene.

- El cristiano en medio de esta sociedad del consumo desenfrenado debe vivir la paradoja de su vocación; el creyente es uno que cuando esparce, es cuando recoge, cuando da es cuando recibe y en definitiva cuando muere… es cuando comienza a vivir.

- El cristianismo debe promover y apoyar aquellas iniciativas que buscan suplir las necesidades básicas de la comunidad, por sobre las comodidades groseramente superfluas de individuos particulares.

- Se debe liberar esa dimensión carismático-social del pentecostalismo -como la llama el profesor Daniél Godoy- que no ha sido suficientemente desarrollada, eso porque se ha creado un prototipo sociológico que encierra el pentecostalismo como un movimiento puramente carismático y escapista que no tiene ninguna relación, ningún compromiso con el entorno social en el que vive.

- La iglesia por si sola no va a cambiar la sociedad, pero podemos con un espíritu extravagantemente solidario y de servicio, ayudar –en alguna medida- a que nuestro mundo vaya dejando de ser lo que es.

- Que la palabra del Señor continué confrontando nuestras realidades.